Uñas débiles y quebradizas

Las uñas quebradizas y escamadas son un problema muy común y sus causas son muy diversas. Por ejemplo, podría ser consecuencia de estar en contacto con detergentes o productos químicos, de la falta de nutrientes o de un trastorno metabólico.Incluso el cambio de estación podría influir en su textura.

Los médicos distinguen dos tipos de enfermedad en las uñas:

Onicorrexis

(Del griego onycho = nail y rhexis = break y crack).

Características: las uñas se astillan verticalmente.

Onicosquisis

(Del griego schisis = split).

Características: las uñas se astillan horizontalmente y por capas, desde el borde.

Las uñas agrietadas son una afección que, normalmente, quiere ocultarse. Al fin y al cabo, las uñas son una parte importante de nuestra imagen personal. ¿Cuáles son las causas de tener las uñas frágiles y quebradizas? ¿Y qué remedios existen para evitarlo y repararlas?

Causas de las uñas quebradizas

Hay varios factores que pueden provocar que las uñas se vuelvan quebradizas y escamadas. Entre las más comunes deben destacarse:

  • Detergentes: Las uñas pueden volverse débiles debido al contacto con productos de limpieza, detergentes, jabones, productos disolventes o, incluso, por un lavado de manos excesivo. Los productos que contienen componentes químicos (el quitaesmalte sería un buen ejemplo de este grupo), a menudo provocan que las uñas se astillen y se rompan. El motivo es que estas sustancias dejan las uñas deshidratadas, y una uña seca es más propensa a que se divida ligeramente en capas, se rasgue y llegue incluso a romperse.
  • Uñas artificiales: Las uñas artificiales pueden dañar la capa córnea de las uñas y volverlas débiles y quebradizas. Además, otra de sus desventajas es que muy fácilmente puede hacerse una fisura entre la cavidad de la uña artificial y la natural, lo que abre una puerta a bacterias y hongos.
  • Lesiones en la lámina ungueal: Muchas lesiones en la estructura de la uña son causadas por una mala manicura o pedicura. Al cortar las uñas con tijeras o cortauñas se aplica una presión sobre éstas que podría provocar grietas finas. Es mejor utilizar una lima.
  • Falta de nutrientes: Si el organismo carece de ciertos minerales, vitaminas, oligoelementos o ácidos grasos esenciales, las uñas pueden volverse frágiles y astillarse. Las uñas rotas pueden indicar una posible falta de hierro, zinc o calcio en el cuerpo.
  • Enfermedades en la piel: Los hongos, el eccema (dermatitis) o los líquenes nodulares, todas ellas enfermedades de la piel, pueden hacer que las uñas se quiebren.
  • Enfermedades de la tiroides: Las uñas también pueden debilitarse y ser más susceptibles a romperse a causa de una glándula tiroides (hipotiroidismo) o una glándula paratiroides (hipoparatiroidismo) poco activa.
  • Tomar medicamentos citostáticos: Este tipo de medicamentos se usa para combatir el cáncer y suele incluirse en la quimioterapia. Normalmente suele inhibir el crecimiento celular, lo que provocaría debilidad en las uñas.
  • Cambios de estación: A diferencia de la piel, las uñas no pueden regular el nivel de humedad por sí solas. Los cambios de temperatura las resecan y las vuelven frágiles y quebradizas. A su vez, una uña rota o astillada pierde más humedad. El resultado: se parten, se rompen y se vuelven opacas.

 

¿Cuándo acudir al médico?

Tener las uñas frágiles no siempre es algo grave o una causa de algún problema de salud preocupante. Por ejemplo, los surcos longitudinales suelen ser solo signos de envejecimiento. Sin embargo, los surcos transversales, cuando son claramente visibles, sí podrían ser indicadores de algún problema de salud. En este caso, y ante cualquier duda, es aconsejable acudir a un médico especialista.

¿Qué remedios ayudan a combatir las uñas rotas, los surcos y otros problemas?

Cuidar las uñas tanto de manos como de pies es muy importante. Siguiendo una serie de consejos puede conseguirse ese look perfecto fortaleciendo, protegiendo y cuidando esta parte del cuerpo:

  • Dieta equilibrada: Las uñas están formadas por queratina y esta se obtiene de una alimentación rica en proteínas. La vitamina A, B (como la biotina y la cobalamina), C, el ácido fólico y el zinc ayudan a fortalecer la estructura de las uñas, nutrientes que pueden encontrarse en las frutas y verduras que componen una dieta equilibrada.
  • Lacas ungueales: Las lacas hidrosolubles, como Betalfatrus, suministran a las uñas frágiles y quebradizas una importante dosis de nutrientes, como el azufre y el silicio. Estos nutrientes son los que les darán la fuerza y elasticidad que necesitan. Además, la laca, en forma de capa protectora, protege contra la sequedad.
  • Guantes transpirables: Al limpiar o lavar es aconsejable usar guantes impermeables pero transpirables. Es importante que sean transpirables porque los guantes de goma pueden provocar sudoraciones, lo que debilitaría las uñas. Además, tras el contacto con agua y detergentes es recomendable hidratar posteriormente las manos con crema.
  • Cuidado: Las uñas largas son más propensas a romperse y ante estos casos lo mejor es acortarlas con una lima. Para hacerlo correctamente debe alisarse el borde libre de la uña con una lima que sea suave, las de cristal y las de cartón/madera son las más adecuadas. Nunca debe cortarse la cutícula porque podría infectarse, solo se podría en caso de sobrecrecimiento y deberá hacerlo un profesional. Las ranuras de la superficie de la uña pueden pulirse suavemente con una lima muy fina, lo que le dará un brillo natural.
  • Aceites de uñas, un mito: En contraste con la opinión generalizada que hay en torno al aceite para uñas, estos no protegen ni regeneran la uña. La lámina ungueal es muy compacta y no deja que penetren ni aceites ni cremas, por lo que cualquiera de ellos se queda en la superficie. Sin embargo, sí tienen un efecto positivo y nutritivo para la cutícula. A diferencia de los aceites, las lacas ungueales como Betalfatrus, debido a sus compontes especiales, sí penetran dentro de la uña y le aportan los nutrientes que necesita.