Cuidado de las uñas

Unas uñas bien cuidadas son indicio de cuerpo cuidado y buena salud. Un tratamiento y un cuidado adecuados pueden disminuir notablemente los problemas en las uñas. Seguir unas reglas básicas es una forma de prevenir todo tipo de lesiones en uñas de pies y manos.

Cuando se habla del cuidado de las uñas se usan los términos manicura y pedicura. El primero hace referencia al cuidado de manos, el segundo se refiere al de los pies y en ambos casos se incluyen sus respectivas uñas.

Hay una amplia gama de productos destinados al cuidado de estas partes del cuerpo en farmacias y tiendas de cosmética. Las cremas hidratantes, por ejemplo, hacen que la piel que rodea la uña se vuelva más flexible a la vez que la hidrata. Sin embargo, aunque las cremas y aceites son muy útiles para la piel, las uñas obtienen pocos beneficios debido a su bajo contenido en grasa.

Las uñas están compuestas de queratina, una proteína que contiene una gran cantidad de azufre y silicio. Por consiguiente, para fortalecerlas es necesario tratarlas con productos que contengan estos minerales. Tanto el silicio como el azufre ayudarán a fortalecerlas.

Cómo cortar las uñas

Las dos acciones básicas para un buen cuidado de las uñas son cortarlas y limpiarlas. A simple vista puede parecer muy sencillo, pero hacerlo correctamente puede no serlo tanto. ¿Qué instrumento es el más adecuado para cortar las uñas? ¿Tijeras, cortauñas o lima?

Hay muchas opiniones al respecto y muchos expertos difieren en ello. Sin embargo, todos parecen coincidir en que el método más delicado para acortar las uñas es la lima. Es aconsejable empezar con una lima gruesa. Las limas de vidrio o cerámica son las ideales, y es recomendable evitar las de metal. Posteriormente, para dar a la uña una forma bonita, puede usarse una lima más fina. Las uñas siempre deben limarse en seco y del borde al centro.

Las tijeras pueden usarse cuando las uñas sean demasiado largas. Tras cortarlas puede usarse la lima para perfeccionar su forma. Es importante que las tijeras estén afiladas para evitar que las uñas se rompan o se vuelvan quebradizas.

El cortauñas debería usarse sólo cuando la uña es demasiado difícil de cortar, es decir, en casos excepcionales. En contraste con los otros dos métodos, el cortauñas aplica una presión sobre la uña y rompe el borde. Al aplicar esta presión hay un alto riesgo de que la uña se rompa más de lo necesario.

A diferencia de las uñas de las manos, que tienen una forma oval, las de los pies deben cortarse lo más rectas posible y no deben sobresalir más allá de la punta del dedo. Una uña que sobresale puede romperse más fácilmente a causa de un impacto o una presión.

Cómo limpiar las uñas

Se pueden limpiar las uñas a la vez que las manos con un jabón suave y un cepillo especial para uñas. Para eliminar la suciedad que ha podido acumularse en el interior puede usarse un palo de plástico o madera. Hay que evitar el raspado excesivo con limas de metal porque podrían dañar la parte inferior de la uña. Este tipo de heridas aumenta el riesgo de infecciones bacterianas y fungidas.

La cutícula

Cuando la cutícula se extiende unos pocos milímetros más allá de la uña, esta puede parecer descuidada y perder su forma ovalada. La cutícula tiene una importante función protectora, evita que bacterias, hongos y virus penetren en la uña, por lo que nunca debe cortarse con tijeras, lo correcto es empujarla hacia atrás con mucho cuidado. Para empujarla puede usarse un bastoncillo de manicura o un modelador de cutículas. En ningún caso deben usarse objetos afilados porque podrían dañar la cutícula y la matriz ungueal. Si se llegara a dañar esta última se provocarían daños permanentes en las uñas.

En caso de que la cutícula sea muy gruesa y dura se puede utilizar aceite de uñas o se pueden remojar los dedos en agua tibia durante unos minutos para ablandecerla.

Finalmente, una crema hidratante de manos le dará a la piel y a las uñas un toque brillante, natural y bonito, muy lejos del aspecto que tienen unas uñas enfermas.